viernes, 9 de abril de 2010

Mis fuerzas en horas bajas.

Tengo escalofríos que me suben por el cuerpo como hormigas en la noche, me duele desde la punta del pie hasta la punta de la nariz. La cabeza me retumba y está muy caliente, la mirada se me turbia y no puedo fijarla demasiado tiempo en ningún punto. Hoy he comenzado a trabajar, no creo que sea esta la causa, sino estaría perdido pues hasta el 30 de Junio no regreso a España.

Mis fuerzas eran tan escasas esta mañana que he aprovechado el viaje de otro y he ido de copiloto, subiendo el Morro da Luz y aguantando cada bache en mi espalda como puñaladas, ayer hice sobreesfuerzo y hoy estoy bastante cansado, con fiebre y un dolor general que no recomiendo a nadie. Me cuesta centrarme e intento ponerme al día con los correos personales y profesionales, pero hoy no las tengo todas conmigo. Los mofletes de mi cara son de color carmín, y cada paso es una escalada al Tíbet, pero no pierdo el apetito, y alguien me dijo que si no dejabas de comer, sin no perdías el hambre, era para bien; en cuanto no tengas ganas de comer y solo quieras dormir, estás perdido.

Espero que tengan mejor salud que yo y disfruten del fin de semana. Yo estaré por aquí.

P.D.: la foto la tomé desde la ribera del río Chobe, en Maun – Bostwana. Cuando cae la tarde los colores se oscurecen y matizan, marcando siluetas próximas, los pájaros arrasan las ondas en un sonar salvaje que te deja petrificado. Hipnotizado por todo esto no cabe más que sentirse un tipo con suerte. Mantengamos este planeta.

1 comentario:

365 sonrisas dijo...

Animo! por lo menos veo que las horas bajas no turbian tu manera de escribir y transmitir. Me has recordado a Kapucinsky en Ebano