domingo, 13 de noviembre de 2016

Pensando en verde y blanco






El otoño en Irlanda reduce a hojas el presente mientras se atisba la juventud y el futuro en las piernas de los chicos que juegan rugby en los parques de Dublín. Mejoro poco a poco mi inglés, tomo té y observo desde el extrarradio dublinés con mirada opaca, sin demasiada sorpresa respecto a los acontecimientos internacionales, entre ellos, la victoria de Donald Trump en los USA y el aniversario de la masacre en París por atentados de fondo islamista. Cuando uno es de fuera, lo es y punto, no es demasiado importante en la ciudad en que se ubica temporalmente ni en la que tiene por origen, como si fuera un observador global o regional del tablero de damas y ogros en que se ha convertido este mundo. Es una posición a veces cómoda y a veces poco interactiva, pero es la que tengo ahora.

Ayer fui a correr y llegué a la playa en Dublín, arena, campos de golf y mar frío. Luego en la noche he visto un partido de rugby donde los equipos y la gente muestran respecto, educación y emoción, he corroborado que es todo de verdad y que pueden llegar a ser muy duros. El otoño adivina colores de todo tipo y es un placer pasear cada día por algún parque pensando en blanco, con andares de jubilado y con poca prisa.
Sigo por aquí! Abrazo! 

P.D.: este es el temaso de Fela Kuti que suena con el equipo nacional de rugby de Irlanda a todas horas.



sábado, 29 de octubre de 2016

Tonada made in Dublin





Trinity College, Dublin

Tarifa, Cádiz

River Liffey, Dublin

- Por Sevilla y Cádiz la vida parece diferente, aunque se notan los achaques de la crisis en “el visaje” de la gente. El entorno marino es espectacular, los productos de mar y tierra como en pocos sitios, y una actitud amable ante la vida, hacen de éstos pueblos lugares idílicos para pasar temporadas cortas y largas. Normal que el sur de Europa esté siendo comprada por ricos y pensionistas anglosajones de la Europa central y septentrional. Bajo mi opinión sufrimos una especie de colonización económica de las regiones “no pudientes” que aguantan el tipo bajo economías sumergidas y navegando bajo las presiones económicas de los países “prestamistas” que no aceptan parte del riesgo económico del “Neoliberalismo” Business. Desde el sur de Europa envían a sus jóvenes a trabajar de niñeras, camareros y algún ingeniero al norte, y a su vez una gran mayoría se queda en casa pero tiene que conformarse con trabajar en el sector servicios bajo condiciones pésimas para agradar a los “si pudientes” que bajan al sur, quienes salen beneficiados en ambos casos pues tienen mano de obra barata y agradecida que hace lo que ellos ya no quieren hacer y, por otro lado, disfrutan de vacaciones y lugares de retiro donde se les presta toda la atención del mundo, en un escenario de desigualdad y desajuste en este mercado común.

- En otra línea y en otra reflexión, llevo una semana en Dublín y me encuentro muy bien. Son gente simpática en su mayoría y la ciudad es totalmente cosmopolita. Yo tengo la suerte de no tener que trabajar pero intuyo debe ser muy duro buscarte la vida aquí, empezar de cero, conocer la lengua y el idioma muy bien, aguantar el clima, etc. ¿Quién se creen algunos para obligar o aconsejar a los jóvenes del sur a emigrar al norte en busca de trabajo, mientras pasa lo que pasa en este sur denostado y ultrajado? Me pregunto. Nunca les vi enrojecer sus rostros ni sentir vergüenza en su gran mayoría, ningún atisbo de sensibilidad. ¿Serían esos “consejeros” capaces de mover un solo pie, sin seguridad de ningún tipo ni económica ni social, ni seguro salud en algunos casos? Desfachatez.


- Me imagino que es la experiencia adquirida o que el mundo es un lugar ameno al fin y al cabo, pero me he adaptado muy bien aquí y la comunicación empieza a ser más apta para mis oídos, sorprendentemente y teniendo en cuenta este acento tan fuerte. Voy a clase 3 horas al día e intento hablar por la calle, preguntar chorradas y leer prensa, tomarme unas pintas y disfrutar de la música irlandesa, como anoche. En un garito del centro había unos chicos tocando muy bien, flauta y guitarra, versiones y irish folk, me parece un país con gente divertida y al mismo tiempo con gente muy deprimida, se ven los achaques también aquí de la crisis y un clima duro en todos los aspectos. De adolescente y universitario escuchaba a Van Morrison bastante, y esta canción que tocaron y todo el mundo se sabía, también. 

domingo, 16 de octubre de 2016

Dos semanas, Ciao


En los últimos dos o tres años desde mi salida de Francia he andado en varios países, regresando un máximo de 2-3 semanas a Tenerife y Canarias en general. Cada vez soy más feliz con este estatus de nómada permanente y a su vez me siento con más ganas de poder plantar los pies, aunque no ahora. Este es un sentimiento encontrado. Entre papeleos y visitas obligadas -y no tanto-, me ha dado tiempo para una buena borrachera de vino y discusión política con un viejo amigo –juerga hasta 5 am incluida. Espero que no nos cueste la amista de más de 20 años. Me ha dado tiempo para intuir el miedo, el espíritu poco recíproco que tenemos con nosotros mismos y con nuestro entorno amplio (entono un “mea culpa”); me ha trastornado cuando un amigo me cuenta las condiciones laborales que tiene que soportar. Yo no quiero que a mis amigos les vaya bien, como así me repiten últimamente, yo quiero una sociedad entera mejor para todos donde caben nuestros errores y despropósitos (otro “mea culpa”) junto a nuestros ideales y esperanzas, así nos aseguramos que a todos nos vaya bien, inclusive a nuestros hijos.
Los sentimientos son encontrados y quizás agraviados por la sensación que me provoca después de venir de un país tan “especial” como Colombia, y sentirme que aterrizo en un contexto con cierto carácter “acomplejado” en relación al resto del mundo, que intoxica mis ansias de mejora y optimismo, cayendo sobre mí una losa que intuyo me llevaría varios meses superar. Quizás exagero, o quizás estoy errado, de cualquier manera sigo creyendo que éstas islas son un gran paraíso y que pueden llegar a soportar los 12-14 millones de turistas anuales que ya tenemos, con unas mínimas garantías y beneficios para la población local que se reflejen en mejores indicadores socioeconómicos. Pero no a cualquier precio o a base de actos sin reparación posible: hay una terrible falta de reparo en relación con los muelles “mastodónticos” sin acabar, edificios grises sin terminar para turistas imposibles de soportar y que nunca llegarán, colas del paro para “artistas y cantantes”, “machacas y currantes”, “jóvenes y jóvenas”, y una sanidad pública para “nini´s, nanos y yayos” que no da más de sí.

Ahora me voy mañana rumbo a Irlanda por unos meses, pasando por Cádiz y por el Guadalquivir, pero no sin antes aceptar el regalo de la vida y añorar los tiempos tranquilos y despreocupados de niño, en los que pasaba horas pescando y buceando, días de sol y mar interminables con mis abuelos por el sur de la isla, sin problemas aparentes y creciendo tranquilo. Ojalá todo el mundo pudiera tener eso y ojalá yo regrese a ese periodo de reposo alguna vez, como si fuese una curva involutiva que describiera un camino y un afluente a través de un embudo de serenidad, hacia líneas simples de caudal y formas armoniosas, poco dispersas y serenas por el buen cauce hacia la muerte.

J

Next Station : Cádiz-Dublin


Sean Felices y feliz domingo! 



domingo, 25 de septiembre de 2016

Hasta la vista!



Hoy es mi último domingo de una etapa cualquiera y única y que nunca se repetirá, al menos no igual. Mañana sale mi vuelo hacia Madrid y cierro este ciclo de 14 meses en Colombia, sin saber cuales serán mis próximos pasos. En esto pensé que la unidad de tiempo en la Geología es el millón de años y que nunca había olvidado este dato desde el colegio. La Sociología y las Ciencias Humanas en general se centran en pasos mucho más cortos temporalmente hablando y quizás hay que acercar la evolución del hombre a la consciencia de lo natural y físico del planeta, de tal forma cambiaría nuestra manera de afrontar el presente y cuidar ese envoltorio que tarda tanto en formarse.

Los humanos parecen una especia que se deforma rápidamente y al contrario del planeta que nos guarda tiene la voluntad de cambiar del día a la mañana, normalmente para mal.  En estos tiempos de “crueles” líderes mundiales me gustaría recordar-me lo que está pasando hoy en día: los bombardeos a caravanas humanitarias y hospitales, asesinatos de cooperantes y voluntarios entre ellos del movimiento de la cruz roja y msf, así como el cierre de fronteras por grandes potencias en países como el Yemen, frenando el éxodo de la gente que está siendo masacrada y sin posibilidad de refugio.

Hoy en día el número de refugiados totales en el planeta supera la población de algunos de los países del primer mundo, somos una especie cambiante y radical y no conozco muchas otras especies como la nuestra que es capaz de hacer lo que hacemos contra nosotros mismos, quizás es que nunca hemos pensado como especie humana, quizás nunca pensamos en los millones de años que dependen los recursos naturales,  quizás no somos la misma especie los de aquí y los de allá, y somos animales tan complejos los humanos que 50 años de conflicto no dan para satisfacer la crueldad de este país que me acoge y que me ha aportado tanto.

Y sin embargo hay esperanza para un lugar más pacífico. Lo veré desde otro lado del mundo y con otra perspectiva, tengo la sensación de que conocer este país y su historia conlleva mucho más tiempo que los 14 meses que pasé aquí, no sé nada o casi nada al respecto.

Buena suerte Colombia! Gran País! Hasta la vista!


domingo, 28 de agosto de 2016

Anécdotas cotidianas y extraordinarias







Tres anécdotas cotidianas y extraordinarias, por qué no. 


-Durante el concierto del jueves de Pedro Guerra en Bogotá, muy cerca de mi casa, el público cantaba las canciones más conocidas, y yo, al haberlas tenido presente toda la vida, y en algunos casos incluso tocado algunas de ellas con mis amigos en Tenerife desde hace más de 15 ó 20 años, sentía que de alguna manera traicionaba mi pasado y no debía canturrear con el resto del público, deduzco en gran mayoría colombianos. Entonces sucedió que fue como si el concierto al que asistí lo dieran los propios músicos junto al público presente, y yo era una especie de admirador exterior a toda aquella obra de teatro, recordando otros tiempos, absorto en el sonido del timple canario y algo compungido. 

-En la foto donde se ve el cartel de la Penela, tomada desde mi casa, paso bastante tiempo últimamente. Es un restaurante gallego debajo de casa, nos reunimos algunos a tomar cañas, vinos, tortilla y empanada. Por momentos parece que estamos en medio de cualquier ciudad española, hasta que me doy cuenta de que gritamos más de la cuenta, el acento del barman no es reconocido y está todo más limpio de la cuenta jeje. 

-Mientras sentía los versos de Jaime Gil de Biedma, al cual siempre oí nombrar y nunca me interesé hasta ahora, decidí tomarme un retrato para ver el paso del tiempo. Para ello preparé este “chiringuito” de la tercera foto. Mejor muestro el poema del mencionado y me guardo el autorretrato para dentro de unos años. 
No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan solo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Jaime Gil de Biedma

(Poemas póstumos, 1968)