Final del mes de enero de
2016, es una tarde nublada y silenciosa en Bogotá, no como aquella de la foto
de hace ya algunas semanas, cuando la plaza central Simón Bolívar recibía gente
un soleado sábado, y donde el centro se
transformaba en una algarabía propia de las grandes ciudades. Tanto para mí como para diversas amigas y
amigos, se presenta un año de cambios donde sucederán cosas inesperadas. Mucha
suerte en el camino, en el proceso y en el destino. J
(Volveremos!)