jueves, 5 de diciembre de 2013

“Es, solamente, un problema de poder”

España está sumida en una crisis impactante, en un cambio sociológico sin patrón ni modelos claros de desarrollo. La incoherencia que reina es el estado natural de las cosas. He topado con un viejo libro, “El despertar de Francia”, Mayo Junio 1968, de Jean Jacques Servan-Schereiber. En su análisis de los hechos, ya desgrana muchos de los problemas actuales que coinciden con la época pasada. Esta previsión de lo que vivimos, éstas décadas de diferencia y adelanto, parecen que hacen a Francia “ligeramente” superior en relación a la complejidad de sus estructuras y su vanguardia en el pensamiento.

Al igual que en Mayo del 68 en Francia, las revueltas de los estudiantes y la disconformidad con las actuales reformas en España en materia de educación, no han sido un accidente, ni mucho menos una conmoción que fuera difícil de imaginar y esperar, con altas posibilidades de reventar. Como bien dice el autor en el libro, la juventud intimida. Yo añado, y hay que escucharla porque suele tener razón.

Si en el actual contexto los estudiantes tienen algo que decir, serán tachados de arrogantes o agitadores, anárquicos en el peor de los casos, y esto será igual en todos los lugares del mundo y en diferentes épocas. Sin embargo, como recoge el autor, “los responsables son, si podemos expresarnos así, los responsables”. Es decir, toda la clase política que desde la transición española ha tenido la oportunidad de hacer y deshacer.

Cuando el gobierno actual manda la policía a las calles y a las universidades para sembrar el orden, es normal que los estudiantes se sientan agredidos, pues ese “instaurar el orden” significa el “no diálogo”, el gran problema. La confianza tampoco existe, está destruida, y la participación en los poderes anulada. Por último recojo un párrafo interesante del libro sobre el 68:


“Si no se quiere perder la oportunidad de evitar la incoherencia, hay que difundir, lo más concretamente posible, las responsabilidades políticas mediante su redistribución. En este sentido, la situación es de orden revolucionario”