martes, 11 de febrero de 2014

Buscando el Sur, diario del Norte (Santander día V)



Hoy creo que sufrí el síndrome de Stendhal, pero no había obras de arte como referente, sino un marco de verde naturaleza, una soledad helada y un sobrio abismo tan bello de impresión, como embriagador. Cuando uno está en una época más sensible, supongo que acentúa su exposición al entorno que le rodea, y eso es lo que me pasó en el Valle del Soba. Subimos a ver a un joven ganadero ya localizado por Juan, con el que quiere trabajar en la cadena de comercialización de carne autóctona de proximidad incentivando la optimización de recursos y rendimiento del propio ganadero y pastor.

Ivan ha llevado el camino contrario a los viejos de la zona, con 37 años ha dejado la carpintería en la ciudad y ha comprado 40 vacas con la ayuda de la PAC y del gobierno cántabro, además de préstamos de los amigos que creen en él. Ahora duerme todos los días en la cabaña entre 40 vacas y 7 terneros, 4 van a parir y tiene que estar, me impresiona su valentía y decisión. Intentamos motivarle más aún y valorarle, pero él ya de por sí cree tanto en lo que hace, que no creo que nadie vaya a frenarlo de cara al éxito.  

Luego de tomar café entre vacas, cacas, purines, su camastro, microondas, terneros, podía imaginar el calor que le aportaban los animales en esas noches de invierno, con una radio, tabaco y libros. El cariño con que las trata y su tacto, podrían sentar cátedra en otros profesionales de trato directo con las personas. En el pueblo, unas alubias rosas, filetes con papas, tarta de queso, café con cognac y chupito, han sentando las madres de un día dónde he aprendido mucho.

En Canarias he conocido a algunos cántabros, y a la vez algunos amigos han vivido por aquí en distintas épocas, creo que empiezo a comprender un poco la conexión entre regiones tan diferentes, hay algo común que no sé explicar, pero lo hay.


P.D.: Fotos del día en el Valle del Soba

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