En alguna montaña con olor a pino, en algun valle de suave pendiente, verde y silencioso. En la lava caliente de la costa que bate el mar Atlántico, en el abismo a 40 metros de profundidad, ahí estoy yo, disfrutando de la fuerza de lo nuestro.
Echo en falta la fuerza más natural de las islas, el paisaje más austero, el profundo mar cristalino, las pencas, los lagartos, las viejas de los pueblos, coloradas y con sombreros, el vino a granel, fuerte y rojo, los guisos, pucheros, quesos. El cariño de la gente, el trato. Los olores, la caida de la tarde y el destierro.
Tengo muchas ganas de estar allí, de hablar con la gente. Algo he ganado aquí sin ninguna duda, el trato con las personas, en cualquier punto de la pirámide social. Tan lejos y tan cerca, tan querido y a la vez tan insolente, asi siento el paisaje canario. Me viene a la mente lo más antiguo, lo más rural, la naturaleza. A pesar de estar en un país con malas condiciones, no son las comodidades de las islas lo que me reclama sino la misma esencia de la tierra.
Hasta esas rocas de la foto he corrido muchas veces, he nadado y he contemplado lo que fui y lo que seré, cerca de mi casa, en Tenerife.
Un abrazo.
3 comentarios:
Precioso post! El haber estado allí me provoca casi tantas sensaciones como a tí pero leerlo evoca más.
Una Asturiana como tú debe tener miles de paisajes para describir igual de bonitos no? Una deuda pendiente para mí conocer Asturias.
Es verdad, estuviste hace poco aquí, digo allí jeje, con Alex y Elena no? jeje. un abrazo.
siii, estuve allí con Alex y Elen por eso me gustó aún más tu post. Y sí, deberías conocer Asturias, tenemos miles de paisajes que serían la inspiración de muchas bonitas y grandes descripciones. un abrazo y disfruta de tu proximo viaje a sudáfrica y zimbaue
Publicar un comentario