En África con frecuencia se habla con naturalidad de la
muerte, casi sin lágrimas ni llantos, mirando a otro lugar como si fuera a aparecer
otra dimensión a la cual viajan los muertos. Ayer Faustin, mi jefe de proyectos
local, me ha pedido el día libre y parte de la mañana, se ha muerto su hermano
atropellado por un jeep en una mala jugada del azar, un accidente de tráfico
terrible, hay cientos en Kinshasa. Son quince hermanos de diferente madre, no
parece muy afectado y no sé muy bien como reaccionar, obvio que está bien que
se tome el día libre.
Tengo una conocida en Goma, cerca de la frontera con Uganda
y Ruanda, es un contacto que me dieron en Canarias cuando supe que vendría al
Congo, no la conozco aún más que por teléfono, pero me decía algo muy
interesante de cómo te puedes sentir en este país: “uno no sabe si está bien o
está mal, sólo que está”. Y es que ante la pregunta de si estaba contento y cómo
estaba, no sabía que responder en ese momento dado, ni ahora, no sé como me
siento, sólo sé que estoy aquí, y que la vida continúa.
Y la semana también, bla, bla, bla…
Besos y abrazos,
P.D.: nunca coloco fotos mías, aquí va una en la cantina
hace unos días en la ciudad. Porqué no!
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