Ayer llegamos de Maputo, la capital de Mozambique, un país especial. Reconfortante, cálido y sabroso. Curiosamente el impacto, el choque a la vuelta a Luanda, no fue el esperado. Ayer se celebraba la victoria a “katana” contra los portugueses por los malanjinos angolanos, y era fiesta nacional. Después de esperar al chófer que nunca llegó tirados por fuera del aeropuerto, contramos a un abuelo que no veía demasiado bien y por 35 dólares nos llevó a casa. Es curioso reconocer esto como mi hogar, pero en cierto modo hasta tenía ganas de volver. Ahora intentamos volver a la actividad poco a poco, pero cuesta un poco.
Intentaré poner alguna foto más adelante del viaje. Estoy un poco en stand by, no sé muy bien ahora que me espera estos meses con exactitud, y será un proceso ya una vez adaptado al país, trabajo y sector, de progresar en general. El tiempo pasa rápido. Un abrazo y no tengo más que ser optimista con el 2010, creo que será un gran año.
martes, 5 de enero de 2010
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