lunes, 16 de noviembre de 2015

El Aguante



Me paseo por un nuevo barrio de Bogotá, encuentro la embajada de Francia llena de flores y notas, es emotivo, sin más comentarios que añadir. Ha sido dura la noticia, un ataque en un teatro, en un concierto, en territorio de las artes y gente que se apasiona con simple música, que goza de la vida, que no tiene miedo al infierno que pintan desde la ignorancia suprema en lo terrenal. El mundo es ridículo y apasionante a la vez, qué iguales y qué diferentes somos al mismo tiempo a uno y otro lado del cosmos. Quizás es el momento de darse una tregua y cerrar fronteras, que cada territorio y país se quedara en su “casa” e intentara arreglar sus asuntos de familia internamente, pero me temo que esto ya no es posible. Entramos en un proceso de destrucción masiva del planeta, degradándolo a paso exponencial. Sólo si observo qué pasa en Bogotá en un día cualquiera como ayer, en mi viaje a la plaza mercado de Paloquemao en la Ciudad (foto), extraigo muchos de los problemas del mundo a este microcosmos: desigualdad de la repartición económica (Colombia ocupa el puesto 12 en el Mundo, creo que sólo está Honduras por delante en éstos lares, España es el segundo país de Europa tras Letonia en desigualdad económica, tampoco estamos mal en esta lista); machismo y exclusión social de la mujer, invasión de las grandes cadenas de distribución alimentaria, monopolio de los centros comerciales (este mercado es un oasis), contaminación masiva del medio ambiente que nos rodea, drogas terminales legales e ilegales, doble moral política y niños en la calle,… miseria al fin y al cabo, y de ciudad, que es mucho peor.
Sin embargo, aunque este viaje por las afueras hacia la plaza mercado de Paloquemao me abrió la mente y me enseñó otra Bogotá más pobre y popular a través de barrios que divisé, sigo pensando que la gran mayoría de este mundo es buena, y así lo demuestran mis experiencias. No sé porqué he puesto esta canción de Juanes donde habla de las minas y los niños, quizás porque recordé que conocí algunas familias y niños ya jóvenes adultos, víctimas de minas antipersonales, que después de saltar por los aires, de llevar esquirlas de por vida en sus carnes, de haber perdido piernas, la vista, de tener a los hijos con metal incrustado en la cabeza, después de todo eso…, la gente sonríe aún y aguanta, aguante hasta el olvido de su pena.

Hoy es día feriado, feliz semana.

2 comentarios:

YuKiko Mega Power dijo...

ya optimismo, buena comida, musica, amigos.. la vida..allegria

Jaime Núñez Ubach dijo...

Dale gas... Yukiko (Bora)
ça va bien, la famille?l´enfant? :)
bss