Mil refugiados andan deambulando por el mundo, desde Siria
hasta Colombia, por ahí cruzan el mar mediterráneo o la frontera venezolana hacia
Cúcuta, el entorno es duro y siniestro. Deportados o violentados, el viaje obliga,
qué pena verlos, qué dicha la nuestra. Nuestro globo terráqueo es jodido y en él
pasa de todo, las emociones más fuertes se viven cuando adquieres esa
consciencia: lo pasajero y temporal, lo circunstancial, el nómada y caduca
sentimiento de soledad, el sedentario y perenne amor a lo cotidiano, a la vida.
Decía Sampedro sobre la vida que “estamos obligados a vivirla”, y a resistir el
máximo. ¡Fuerza a los pueblos y a la gente llana, resistencia y estrategia! Y
algunas risas y lágrimas de felicidad también para todo el mundo, claro que sí.
Por aquí estamos en forma, conociendo y conociéndome. Salut!! J
jueves, 3 de septiembre de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario