domingo, 26 de abril de 2015

Sahara






Desde el Sahara todo pinta de un naranja seco y claro, luminoso y caluroso, polvoriento y ajeno al mundo, sin música ni ruido, pero con estrellas en la noche, tan inmenso como asolado.
Aún no entiendo muy bien el contexto, pero si para mí esto se me hace algo “complicadillo” en apenas un par de días, imagino para la población saharaui, tantos años recluida en este espacio del desierto.
Pasé un día en Argel, me gustó mucho. Esa mezcla mediterránea y latina, heredada de Francia, junto a un toque árabe y decadente, calles vividas y de pincelada africana, parecen un buen cóctel de sinfonías y colores.
Fotos de los dos contextos, mi lugar de trabajo en los campamentos en este momento y la ciudad de Argel; contraste hermano. 

Un abrazo!




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