lunes, 18 de julio de 2011

aquí estoy...

En el final del día entra el aire por mi ventana, se escuchan los grillos y demás insectos tan fuertes con el crepúsculo, que si no supiera muy bien donde me he metido, podría pensar que este país en el que estoy se encuentra por debajo del ecuador.

Entre “la matin et l´aprés-midi”, camino por las calles francesas “sin compañía”, con el recuerdo de los que no están en este mismo instante pero con los ojos abiertos para no perderme, entre raíles y “petit cafés”, con el Magreb presente y la África subsahariana siempre pendiente, a las puertas del sur.

En contra de lo que en general podía pensar, la gente resulta amable, de buen carácter y dada a cualquier pregunta que le haga en un paupérrimo francés, idioma que se ha convertido en todo un reto para el próximo año.

No puedo todavía escribir nada “que me llame y que les llame” de esta ciudad, llegué ayer, no he fijado mi atención hasta ahora como debiera para servir de guía, pero ya saldrán historias, entre “petit” comité”.

Por ahora un cambio de look, un nuevo libro para este blog que empiezo a leer ahora mismo, Le Bizarre Incident du Chien pendant la nuit (El extraño incidente del perro durante la noche).

Abrazos!

jaime

1 comentario:

Cristina dijo...

¿Qué tal el libro? Yo también me lo leí... aunque en castellano, claro.