domingo, 23 de enero de 2011

Un domingo cualquiera



Este es un domingo sin nombre, un domingo cualquiera. Sin querer escribir estoy en ello y sin querer forzarme me estoy evadiendo entre éstas cuatro paredes. Esta capital me agota, sin hacer nada me agota, y es aquí el problema. No veo la hora de largarme al sur, a la tranquilidad de lo personal de mi casa y mis cosas, a salir y observar, y a descubrir todo aquello que no conozco aún de Huambo, pues en Luanda todo se repite. Recuperar el ritmo para volver a perderlo, como una noria que a cada giro se desgasta.

Creo que me voy este miércoles ya, mínimo mes o mes y medio seguido, el verde, la lluvia y el ambiente de provincia, donde no existen los vicios y el ambiente aún no está contaminado por los excesos. Será un bálsamo.

En las últimas 24 horas he visto tres veces Informe Semanal, a distintos horarios. La revolución llamada democrática en Túnez y el revuelo que se está implantando por el Magreb en general, me parece un gran paso. Tantos años de una clase política corrupta implantada, y cómo el pueblo se queja y sale a la calle, y lo saca a patadas al no poder más. Obviamente algunos actos brutales no acompañan positivamente, pero a veces es inevitable. Tierno Galván, el alcalde de la movida. Muy docente, muy jovial y muy querido. Hungría, no recuerdo de que hablaron, y eso que lo vi varias veces, supongo que es un gran desconocido.

P.D.: arriba alguna foto del barrio donde estamos en Luanda. Edificios a medias de los Chinos, primer socio de Angola. Y Angola primer país de África ya en relaciones con China también. China es una esponja y está absorbiendo toda África de interés económico: tierras de cultivo, materias primas, petróleo, etc.

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