Último día por Lambayeque. Las
comunidades emocionan y la gente rural aquí es tan buena como amigable. El
recibimiento ha sido abierto y sincero, los códigos de comunicación han fluido
sin esfuerzo y mientras paso datos y notas al PC, siento que somos parte del
mismo todo.
Ayer me adentré en el Bosque de
Pomac, donde la cultura Sinca. No he tenido tiempo de conocer tanto como quise,
pero lo cierto es que es una zona donde el turismo extranjero no llega porque
no interesa, y así he podido saborear las raíces de una sociedad que tiene
principios, y tiene muchas ganas. Esto fluye…, son guerreros.
Esta noche viajo a Lima y pasaré
otros 5 ó 6 días allí. Será otra parte “capital” del Perú, más urbana y global,
pero con cosas que mostrar. El jet lag continua, todos los días me despierto a
las 5 de la mañana e inicio el día como si fuera uno más, o el último quizás. Mientras
apuro el último café y la línea de Internet antes de salir, escucho un tipo que
leí una entrevista en una revista hace días, y me gustó su historia. Ahora sé
que también me gusta su música.
No hay comentarios:
Publicar un comentario