martes, 5 de mayo de 2015

Tembo en el desierto


No sé cuánto llevo aquí, diez días quizás. La sensación es ligera y cálida como el siroco que me moldea y me seca lenta y dulcemente. Apenas grandes desplazamientos, una pequeña burbuja huérfana y diáfana que deja parado el tiempo, como los carros de los 50 y las viejas casitas de barro donde compro el pan al salir de la oficina, del hospital, del protocolo.
El silencio del desierto y el “paro obligado” de la civilización en esta parte del mundo te dejan la impresión de vivir en un filme, donde la comunicación se hace por guiños porque aún se comunican, y donde te ofrecen pan sin pedir nada a cambio, tendiendo la mano y mirando a los ojos para acabar las noche y empezar los días, obligándote a parar al son del ritmo Bereber, que no tiene tempo ni prejuicios.
Escucho mucho esta canción adjunta últimamente y otras más del mismo, Damon Albarn “Mr Tembo”; la historia de un elefante huérfano en Tanzania. Tembo es elefante en suajili, y la marca de una cerveza tostada que tomábamos en Kinshasa, por cierto. Disfrútenla!
Buena semana! Abrazos!

Jaime 

No hay comentarios: