miércoles, 4 de septiembre de 2013

Lo que valen las ruedas



En el trajeo matutino de mis carreras por el parque, siento la brisa, siento algo. Cuando hace dos días me han robado la bicicleta, sentí que me robaron las alas. Ayer logramos apañar una enclenque bici localizada en una "cava" de un viejo edificio. Primero desgarramos la cadena que la ataba, poco a poco, con diferentes herramientas que cumplían cada una su labor. A continuación la observamos, y decidimos como tratarla para que volviese andar por buen camino. Luego la rociamos con aceite en las piezas más delicadas y sensibles, repitiendo la labor las veces que fuera necesario. Y finalmente le inflamos las ruedas de valor y de oxígeno, para que pueda marchar adecuadamente por los caminos. Un toque final de mimos y detalles, y eso es todo, me he ido por mi camino a casa con una nueva bicicleta realmente cómica, con una cartera al hombro, una sonrisa de niño y mil miradas encima.

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