Ayer regresé del Amazonas y la chimenea sigue encendida, solo que ahora la música es diferente. Las chispas, la candela, despiertan un paisaje sonoro cada vez más cercano, que dice más de mí de lo que yo mismo conozco. He sido feliz durante 10 días, he dormido bien, he conocido gente buena, gente interesante, y también me he sentido con ganas de buscar a más gente.
Sin embargo, hoy ha sido un día de trabajo nefasto en el cual me he cuestionado todo lo que hacemos, todo lo que somos, hasta el punto de querer tirar la toalla y salir al retiro. Supongo que es parte de nuestra naturaleza el preguntarnos qué hacemos, cómo lo hacemos, hasta el punto de sentirnos culpables incluso por lo que no puedes controlar o está al alcance de tus manos.
Un par de fotos, mi escritorio durante unos días y mi cara por esos momentos, para que no se me olvidé que algún día también yo estaba feliz en el verde amazónico brasileño y colombiano.
Un abrazo y buen mes de Abril.
P.D.: La MODA este grupo de Burgos, jóvenes, siguen tocando muy muy bien.
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