En diciembre acompañé junto a un equipo, a un grupo de profesores de escuelas comunitarias, que todos los días toman primero un barco que cruza el río magdalena, luego toman un carro por senderos de tierra hasta la orilla de la Ciénaga, y finalmente otra barca a motor que los transporta hasta las comunidades de los palafitos, para dar clases a los niños de poblaciones flotantes de la Ciénaga de Santa Marta. Luego hacen el mismo trayecto bajo el mismo sol, y las altas temperaturas. Pensé que son héroes, yo no lo aguantaría.
Un abrazo!
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