Me
hablan desde Haití me escriben desde Gaza, lo último viene de Togo y hay
cuestiones por ver en Ecuador. Mundo revuelto, llegan desde Nepal, ven “la cosa
fea, triste, mal”. Maldita sea, las piezas no se arreglan y los amigos que he
ido haciendo a lo largo de éstos años parece que se multiplican en función de
los problemas, como si fueran testigos de las miserias del mundo.
La
vida es tan efímera que te das cuenta a los treinta y seis, con tiempo aún de
dar un par de vueltas al mundo o coger un cohete a casa, con energía para navegar al
espacio estelar o terrenal. Este planeta está limitado, parece que su espacio y tiempo único
busca excretar humanoides hacia el espacio futuro, otra galaxia que permita
abarcar lo que no hemos sabido gestionar aquí debajo.
Sean
felices! Abrazo tan fuerte que.... :)
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